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Concurso de Acreedores de Empresa de Hostelería en Madrid

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Concurso de Acreedores de Empresa de Hostelería en Madrid

En este caso describimos el concurso de acreedores de una empresa de hostelería en Madrid.
Juan (nombre imaginario), dueño de una empresa de hostelería en Madrid, no sabía lo que era un concurso de acreedores. Simplemente hablaba nervioso de que tenía que “…cerrar su empresa porque ya no tenía para pagar, se le acumulaban las deudas y si seguía así se iba a meter en un buen lio”.
El término “concurso de acreedores” le sonaba, pero lejano. Como para grandes empresas.

Obviamente no pensaba en un concurso de acreedores. Sus prioridades eran según sus propias palabras….“cerrar la empresa rápido”…..“con poco coste de abogados y papeleos”….”y con un abogado que me entienda y me de confianza”.

Se analizaron las opciones de solicitar un pre concurso de acreedores para buscar una vía más rápida y barata de negociar con los acreedores y dar continuidad al negocio.
La posibilidad del pre concurso de acreedores se descartó rápido ya que revisando las cuentas y viendo con Juan las posibilidades reales de su negocio, los números no salían.
No tenía suficientes clientes, ni suficientemente buenos (buen margen y buenos pagadores) para generar el volumen de negocio mínimo que necesitaba. Ni tampoco perspectiva de llegar a tenerlos.
El negocio fallaba antes de entrar a analizar las deudas con bancos y proveedores.
Continuar con la actividad sólo conseguiría aumentar las deudas y poner en peligro la responsabilidad de Juan como administrador de la sociedad.
La empresa estaba abocada a un concurso de acreedores.

La falta de viabilidad del negocio descartaba también la búsqueda del convenio con los acreedores en el concurso, por lo que quedaban como opciones teóricas, la venta de la unidad productiva o el concurso de acreedores de liquidación.

La venta de la unidad productiva se descartó casi de inmediato. No teniendo la empresa grandes activos productivos, ni nada extraordinario con lo que generar valor y por tanto ser atractiva para un inversor o una empresa del sector, la venta de la unidad productiva ni se intentó. No parecía razonable dedicar esfuerzos en esta línea sin ninguna expectativa de éxito teniendo que engordar los costes legales de Juan.

El concurso de acreedores orientado a la liquidación de la sociedad quedó como opción última.

Se llevaron a cabo los despidos del personal reconociéndoles sus derechos, se liquidaron las deudas con Hacienda y Seguridad Social y se preparó la documentación completa necesaria para la presentación del concurso de acreedores de la empresa. Se presentó en los juzgados de Madrid.
Al no tener la empresa patrimonio para responder frente a los acreedores, el concurso se declaró y se cerró en el mismo acto, dando lugar a lo que se conoce como Concurso Express.